¿Qué es un líder? Hay muchas respuestas posibles a esta pregunta. La
peor respuesta, en mi opinión, sería considerar a alguien como un líder
porque tiene “carisma”. Te sugiero que te enfoques desde una perspectiva
más pragmática, es decir, teniendo en cuenta al liderazgo en términos de resultados:
se podría decir que en una organización, un líder es aquel que tiene
éxito debido a que sus decisiones se aplican efectivamente. Esto no es
siempre sencillo, como bien lo saben todos los profesionales del
management.
Pero ¿Qué se necesita para que una decisión sea
exitosa, y permita el cambio deseado? En primer lugar, es necesario que
tu decisión sea legítima, es decir, tomada desde tu propio ámbito
funcional o laboral. A continuación, debes tener el poder para hacer
cumplir tu decisión -por ejemplo, debes tener una relación jerárquica
con las personas que van a aplicarla. Por último, la decisión será mejor
aceptada en la organización si tú tienes una autoridad de competencia:
conoces bien el tema y sabes lo que estás haciendo (nivel de
conocimientos).
Pero es raro que el líder tenga estos tres
elementos, la legitimidad, el poder hacer, y la autoridad de
competencia. Imaginemos, eres un gerente de ventas que quiere hacer una
revisión de tu negocio de software a nivel operativo y que se ha
convertido en un problema para ti. Tal vez no tienes la autoridad de
obligar al departamento competente de dar prioridad a este tema. O tal
vez el director general se preguntará si tú tienes competencias
informáticas para proponer mejoras del software. ¿Qué hacer?
Es
entonces cuando se reconoce al verdadero líder: te reunirás con varias
personas capaces para encontrar una solución. Tratarás de plantear una
coalición de intereses que beneficien a todos. Para construir esta
alianza, tendrás en cuenta las necesidades de tus interlocutores, su
visión del problema, sus problemas específicos, para encontrar
posibilidades de intercambio y de cooperación. Así que gradualmente las
condiciones de las decisiones que se requieren se aplicarán
efectivamente.
Este regalo especial es lo que a veces llamamos el
“sentido político”. Y cuanto más subimos de cargo en las organizaciones,
más esa capacidad intangible, (combinación de psicología, de sentido de
las relaciones de poder y de capacidad para cumplir con los demás en
torno a un proyecto unificador) es necesario. Esta es la esencia de la
gestión en las organizaciones modernas
Por Yannick Rivière Lacoste
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